viernes, 22 de mayo de 2009

Lo que se denominó La Guerra de los 'Dioses'

Uno de los manuscritos más largos y completos, perteneciente al extraordinario hallazgo del Mar Muerto en 1947, habla de una guerra entre “Los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas”. Lo intrigante es que el manuscrito no sólo narra una guerra de humanos sino que seres divinos se involucraron en un enfrentamiento contra la mismísima oscuridad: “Los Hijos de la Luz lucharon contra los Hijos de las Tinieblas con una demostración de poderío divino, en medio de un estrepitoso tumulto, en medio de los gritos de dioses y hombres”.

Según el Mahabharata, un texto antiguo de la India, hubo una feroz batalla en el cielo. El vencedor fue el poderoso Indra, que combatió desde su vehículo aéreo a los Asuras, que se ocultaban en sus “nubes fortalezas”. Los himnos del Rig Veda describen así a la “deidad”:


- “Tú avanzas de combate en combate intrépidamente, destruyendo castillo tras castillo con tu fuerza. Tú Indra, con tu amigo, que hace que el enemigo se doblegue, redujiste desde lejos al astuto Namuchi. Tú que diste muerte a Naranja, Parnaya... Tú que has destruido las cien ciudades de Vangrida.
Las crestas del noble cielo sacudiste cuando tú, atrevido, por ti mismo heriste a Sambara”.
Por otra parte, en los archivos reales de la cultura hitita, se habla del dios Teshub —“Divino Tormentador”—, y de sus pretensiones por controlar las regiones superiores de la Tierra; se menciona además las batallas que el dios Kumarbi había lanzado contra él y contra sus descendientes. Al igual que el relato que ofrecen otras culturas del mundo, el vengador Kumarbi se apoya en otros “dioses” aliados para dar la batalla final. El hilo conductor está en que los hititas, aunque pronunciaban los nombres de sus deidades en su propia lengua, los escribían utilizando la escritura sumeria.
Esta epopeya hitita, con claras connotaciones sumerias, recuerda también el relato sánscrito de la batalla final entre Indra y el “demonio” Vritra:
- “Y entonces se pudo contemplar una terrorífica visión, cuando dios y demonio entablaron combate. Vritra disparó sus agudos proyectiles, sus incandescentes rayos y relámpagos…Después, los relámpagos se pusieron a centellear, los estremecedores rayos a restallar, lanzados orgullosamente por Indra…Y de pronto el toque de difuntos de la perdición de Vritra estuvo sonando con los chasquidos y estampidos de la lluvia de hierro de Indra; perforado, clavado, aplastado, con un horrible alarido el agonizante demonio cayó de cabeza…E Indra le dio muerte con un rayo entre los hombros…”
Los textos antiguos de la India están llenos de estas desconcertantes referencias a batallas en el cielo y vehículos voladores.

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