martes, 9 de junio de 2009

Catástrofe I Versión Toba

Nación Toba - Chaco Gualamba - Sudamérica.
Y hubo un tiempo cuando don Chiiquí (el carancho cara-cara) les comunico a los Qom un mensaje diciendo:
- Hermanos míos, sé esta anunciando que la tierra va a ser quemada. Dios la va a destruir totalmente.

Luego el mismo Chiiquí les dijo otra vez:
- Ya sé esta encendiendo la tierra, hermanos míos, nada bueno podemos esperar de esta vida. Aunque tengamos alas para volar al cielo no vamos a encontrar la manera de entrar allí, porque allá arriba hace frío y aunque tenemos alas nuestra creación esta adecuada al sistema de la tierra. Y además estoy seguro que las llamas del fuego van a llegar hasta el cielo. Entonces nadie podrá salvarse. No hay escapatoria, hermanos míos.

Entonces aquellas gentes comenzaron a llorar. Este anuncio era verdad, porque cuando llegaba la noche y oscurecía, se veían las llamas del fuego fulgurante. Pero nadie sabia cuando llegaría. Así pasaron más de dos años. También continuaron otros años, hasta que llegó el momento. Y algunas señales del fin hicieron su aparición, como los tigres y aguara-guazues, cruzando cerca de los hogares.
Y un Jabalí mientras huía entonaba esta canción de lamento:
- Ya estoy cerca de aquella orilla, ya estoy cerca, ya estoy cerca, cerquita estoy.

Y cuando llego enfrente de aquellas gentes, dijo:
- Ya esta llegando el fuego, estoy tratando de escapar, pero es difícil como ven.

Así paso de largo el jabalí. Rato después paso un aguará–guazú. Detrás pasó un ciervo, cantando su canción de lamento. Todos ellos cruzaban con un mensaje sobre aquel desastre; no había escapatoria.

Pero en ese momento había uno entre ellos al que fue comunicado el siguiente mensaje:
- Mete debajo de la tierra a tu gente. Que todos lleven barro en los bolsos, para que cuando sientan el calor del fuego, con el barro reboten las paredes de la tierra. Porque el fuego que ustedes ven, en un momento pasara por donde ustedes están.
De esta manera fueron metidas estas gentes debajo de la tierra pero hubo otros que se quedaron en la superficie y fueron totalmente quemados.
Y después que paso aquel fuego, entonces comenzó a llover muy fuerte, de tal modo que la ceniza fue aplastada como un manto. Entonces el que los estaba guiando dijo:
- Estén tranquilos mientras salgo a ver el desastre de arriba. Estoy seguro que no quedo ningún monte.

Entonces el guía se asomo afuera del pozo teniendo sus ojos cerrados hacia abajo. Después de un rato levanto su mirada despacito para mirar sobre la tierra y vio la tierra como si fuera que ella tocaba el cielo, de un extremo a otro, desde la derecha hasta la izquierda, y todo era ceniza.
Y después volvió abajo, donde estaban los demás, y les dijo a ellos:
- Ya podemos subir, pero cuando lleguen arriba, no deberán levantar la vista para mirar enseguida, para que no les pase nada malo y sean transformados en animales.

Pero algunas personas no obedecieron, y apenas llegaron a la boca del pozo, una pareja comenzó a mirar, y otros hicieron lo mismo, y de inmediato fueron transformados en animales. Algunos se transformaron en ciervos y avestruces y animalitos. Así paso con aquellas gente. Al final de todos salieron dos mujeres jóvenes que eran solteras, y también fueron avisadas de que no debían mirar inmediatamente, pero apenas llegaron a la salida se pusieron a mirar y se transformaron en osos hormigueros, y se fueron. Por eso hasta el día de hoy no existe varón entre los osos hormigueros, solamente hembras.
Y por último salió el salvador. A él no le paso nada malo, pero no tenia hijos. Después de un tiempo aquel hombre rogaba por tener uno, diciendo:
- Ojalá que el creador de nuestra vida me diera un hijito.
Y le llego un mensaje, diciendo:
- Hombre tranquilízate, pronto se te va a mandar dos criaturas. Una mujer que quedará embarazada de dos niños. Debes enseñarle a tu esposa que no debe temer por los dos hijos.
Pero aquel hombre no contó nada a su mujer hasta que ella quedo encinta.
Y cuando la mujer dio a luz eran unos mellizos, mujer y varón fueron sus hijos.
Y fueron aumentando las familias y aquellas gentes otra vez se hicieron numerosas y vivían separadas en comunidades.

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