domingo, 29 de marzo de 2009

Qué dicen los naturales de la región

El meteorito era conocido desde antiguo por los aborígenes de la zona del Chaco y Tucumán.
Se dice que éstos tenían sendas de peregrinación hasta el lugar, que abarcaban una considerable región (50 leguas son unos 200 a 250 kms.). Allí tenía lugar un culto solar "insubstancial e indefinido" asociado a la más famosa de estas masas meteóricas, el "Mesón de Fierro". Creían que esta masa se había desprendido del Sol.
Existía un recuerdo transmitido de que ese pedazo de roca una vez se manifestó como un árbol de "irisaciones radiosas y brillantes, que tañía como cien campanas".

Maravilloso recuerdo fidedigno guardado en la memoria colectiva.

Lo que vieron fue el inmenso hongo formado por la explosión que calienta el aire y forma una bola de fuego.Como el aire caliente pesa menos al estar sus moléculas más excitadas —con más energía— y separadas, sube y se expande. Al ser un cambio muy repentino y muy extremo, el aire muy caliente sube con mucha velocidad creando una corriente ascendente muy intensa y arrastrando más aire y materiales con él, formando el pie del hongo nuboso. En la parte central de la bola de fuego se concentran las temperaturas más altas, lo que causa un movimiento circular de convección al interactuar con el aire frío de la parte exterior, arremolinando material hacia afuera y haciendo crecer el diámetro del bulbo o cabeza del hongo.

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